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SANTIFICACIÓN DEL MARTES 4

De cara al desempleo y otras desgracias del siglo XXI ¿será políticamente incorrecto llorar en el transporte público? ¿habrá acto más vergonzoso que ir estirando el único pañuelo desechable que queda en la mochila? Últimamente parece que no hay tragedia más penosa que la de perder el empleo justo cuando se hizo una compra a meses, la cría se enferma o el perro necesita una cirugía.  Mientras tanto uno que otro incauto llorando por el azote de la neurosis, que de cualquier manera es el pan de todos los días.   ¿Por qué duele tanto lo obvio?   Carta del 40 Seguramente lo vi en algún programa de Nickelodeon, ya no lo recuerdo porque ya tiene muchos años que me escribo una carta década. La escribo el día cinco de julio para abrirla el día cuatro, casi diez años después. Ahora mismo tengo el papel amarillento debajo de la lámpara. Dos predicciones cumplidas. Personas fueron mencionadas: los críos, la CCR (si se puede mencionar como persona), Lex, Los Mala Copa, Carlos y Vero, Pat
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Vapuleada

La última vez que vi al psiquiatra dijo: acostúmbrese a su trastorno, abrácelo, vívalo, contrólelo. No deje su medicamento. Hipotensión ortostática. La veo en un mes. Así que bueno, acá estoy haciendo la tarea para lo cual tengo que decir: pocas son las cosas que disfruto como escribir cuando me acaban de golpear. Yo no trato nada, aplico herramientas conductuales. Guaf. Claro que no siempre recuerdo salir de mis patrones, a veces me es inevitable la náusea, sobre todo cuando el cerebro anda bajo de sus propias sustancias y ahí ando arriba y abajo arrastrándome. Se puede vivir así, claro que sí, pero cuando se cruza en el camino la gente con superioridad moral, ¡uy! ¡Cristo, agárrame que me caigo! Round 1 “Si ya no quieres vivir ¿porqué sigues?”   más o menos así iba acabando la conversación con la señora que desde su banquito del edadismo me dijo dónde debería yo estar parada, y todo lo que he de tragarme por cometer algo que ella (yo no) considera un error. En realidad, no era

GÓLEM A ESTRIBOR

timesofisrael.com Ubicarse en un barco puede hacer la diferencia en un accidente o si se quiere vomitar. Puede. Todo depende de las embarcaciones, yo personalmente nunca me subiría a esos grandes cruceros que cargan ignaros paseantes de la proa y la popa. Titanic. No es cuestión de izquierda y derecha, no, en un barco son babor y estribor para no entrar con aquello de “tu izquierda o mi izquierda” ¡Es peligroso andar por ahí ignorando! A propósito del babor y el estribor, ¿está usted ubicado? Yo no mucho. A veces me pierdo, doy vueltas sobre mí misma y justo por eso hay que saber distinguir las partes de un barco: para llegar o sobrevivir. Eip, no importa si el barco está en reposo, el peligro del mar hace necesario saber dónde están las cosas. Claro, o pasa como canta Black Francis with your feet on the air and your head on the ground, where is my mind ?   Where is my mind? El vocalista de los Pixies narra un “truco” con advertencia: tu cabeza colapsará si no hay nada en ell

Bolsa de tela

Graciela tiene en casa un mapa enmarcado que corona el sillón de tres plazas donde sostuvo el llanto después de que colgara el teléfono con la noticia: Manuel se va a matrimoniar. Ese maldito con cara de soltero-por-siempre y actitud de no-soy-material-para-el hogar.  Casi todos los días escucha el aplauso de salas de juntas o auditorios, salones llenos de mujeres que, ávidas de sabiduría milenial pagan enormes cantidades de dinero para por fin entender el secreto: cómo vivir sin hombres sin convertirse en extremista del feminismo.  A Puerto Rican Housewife, Diane Arbus, NYC, 1963 XAVIER  Cuando llega a casa, Xavier ladra su nombre mientras mueve la cola gustoso, acompaña a Graciela al descalzadero de todos los días; ve volar medias, sacos, blusas bordadas a mano y bolsos que bien podrían guardarlo y llevarlo a todos lados muy a la Paris Hilton de la primera década del XXI.  Xavier puede leer-la muy bien: necesita escuchar que alguien diga su nombre en voz melodiosa.  El cuerpo faméli

Las patrañas del amor... parte 2

Mercedes Helnwein. Cousin (acercamiento). 2003 « »  —Voy a dejarte hoy, 28 de diciembre, para que creas que no es enserio y me busques después. No, voy a dejarte el último día del año, que sea tu cruel desprecio la última campanada…— No es costumbre, pero sí es ejercicio aquello de hablarle al espejo para ver lo ridícula que me vería, así me he librado de muchísimas situaciones vergonzosas.  Al final no lo dejé, preferí irme construyendo una verdad ¿o era una certeza?  Resultaron agravios inocentes, errores, destiempos, sudor de manos, squirting, el mejor sexo que he tenido en mi vida, mensajes diarios, fotos, videos, luego silencios. Todo acabó en una estúpida tentativa de plagio: quise para mí un hombre que ya tenía su compromiso –asquerosamente insulso– con otra mujer. Claro que no lloré. Eliza, sólo lo viste contadas las veces con una garrita.  Amor: concepto bíblico, teología, praxis   Así nada más una definición de amor en la Biblia pues no la hay, pero ahí está. Es mucho más fá

Las patrañas del amor cristiano (parte 1)

Helnwein, G. Self Portrait . 1977   « » —Hoy se casa mi hijo— la cabrona se atrevió a llamarme nada más para dar aviso del punto final de una relación que yo ya no quería. En cuanto colgué se quebró mi garganta. Lloré un día. Luego, años después, logré lo que en realidad deseaba para mí: un amante que regresa cuando sabe que debe regresar. No un esposo. No un novio. Yo lo quería, pero no estaba en mis planes casarme. Luego, años después, en mi vida tengo a un alguien que va y viene cuando yo se lo permito. Eliza, yo tengo una vida plena ¡no por el amante! Mi vida es mi voluntad, eso.   Creer y Tener fe La Biblia no es diccionario. Ni ensayo. Ni estudio “de…”. La Biblia, así llanamente, es un libro ¿de ficción? Bueno, pues entienda lo que usted guste. Escribió Antonio Aguilar “mi gusto es ¿y quién me lo quitará? solamente Dios del cielo me lo quita” y si Dios quita gustos, pero no existe ¡pues que chingados! Guste lo que le dicte la voluntad. Al cristiano no le gusta creer que

Cafetería Del Paseo

En cuarto oscuro de famosa unidad del Distrito Federal hay un observatorio antropológico cuya telescópica ventana lleva ya siete años usándose para estudiar la localmente conocida como “cafetería del adivino” en la que se anuncia lectura de arena egipcia y promete un ambiente exclusivo y romántico que armoniza con la presencia de sus visitantes . En ese cuarto habitan 3 antropólogos que se quedaron atrapados tras el derrumbe de sus revistas Life y su colección del periódico Ovaciones que se redacta en la colonia Anáhuac, desde sus ventanas alguien observa la torre de Pemex mientras escribe con prisa y precisión la edición de las dos de la tarde, la favorita de los que gustan del cine, ahí en la página tres les espera el plan de la tarde. Román Como si fuera astrofísico ha elegido una estrella, la más pequeña que se observa dentro del sector de titanes de concreto, relucientes, nuevos, futuras sepulturas de las ilusiones de la que ahora se pasea sin saber que es objeto de estudio